martes, 24 de febrero de 2009

¿Cuándo me caso?


Bodas blancas, al aire libre, campestres, otoñales, plagadas de flores... es innegable que existe un tipo de boda para cada estación del año. Sin embargo, no siempre resulta sencillo fijar una fecha concreta para la misma, y hay ciertos aspectos que es necesario que tengas en cuenta para no equivocarte de día y poder celebrar el enlace de tus sueños sin quebraderos de cabeza.
Analiza las condiciones climáticasAunque parezca una obviedad, el clima tiene un papel fundamental a la hora de celebrar ciertos enlaces, especialmente aquellos en los que el banquete o la ceremonia se realizan al aire libre. Una bonita boda campestre puede quedar totalmente deslucida en un día ventoso, nublado o simplemente demasiado caluroso. El tiempo, por tanto, puede jugarnos una mala pasada, y, aunque existen carpas específicas para solventar este tipo de problemas, resulta muy útil cerciorarse de que la fecha escogida nos ofrezca un clima lo más adecuado posible. En el caso de las bodas celebradas en pleno invierno, no olvides tener en cuenta que, aunque un paisaje nevado pueda ofrecernos un marco incomparable, las inclemencias del tiempo pueden arruinar desde el vestido o el maquillaje y peinado de la novia, hasta el transporte de los invitados.
Con un presupuesto ajustadoLas bodas son eventos caros, especialmente si queremos celebrarlas con todo lujo de detalles. Por eso, si no quieres escatimar en otros aspectos, elegir la fecha de la boda según la temporada es fundamental para ahorrar algunos euros de forma sencilla y eficaz. La temporada alta nupcial se extiende entre los meses de abril y septiembre, por lo que es fuera de esas fechas cuando será más fácil encontrar descuentos entre los proveedores, como caterings, fotógrafos o incluso iglesias. Además, los viernes y sábados suelen ser los días de la semana con mayor demanda nupcial.
No olvides la luna de mielLa mayoría de parejas suelen celebrar la luna de miel los días posteriores al enlace. Tener en cuenta los meses de temporada baja vacacional, donde las tarifas son más económicas, ayuda a disminuir el margen de gastos y fijar la fecha de la boda de acuerdo a tus gustos y presupuesto. Asimismo, algo que muchas parejas no tienen en cuenta al dar este paso, es cerciorarse, no solo de la estación en que se celebra la boda, sino también de la del país o región escogidos para pasar esos primeros días de recién casados. En climas tropicales, por ejemplo, es fundamental evitar determinadas épocas del año si no se quiere tener una luna de miel ‘pasada por agua’.
Consulta la disponibilidad de la iglesia y el cateringOtro factor a tener en cuenta es la disponibilidad de la iglesia o los salones donde celebrar el banquete. Muchas capillas tienen largas listas de espera, especialmente en los meses de temporada alta, y no siempre resulta fácil reservar un hueco que encaje con nuestras preferencias de fecha u hora. Así que si realmente deseas celebrar el enlace en un lugar concreto, lo más probable es que la fecha del mismo venga marcada por su disponibilidad.
Pregunta a los invitadosAunque lo importante es que la fecha se ajuste a la perfección a las necesidades de los novios (gastos, preferencias, calendario laboral, vacaciones...), no está de más preguntar a los invitados acerca de su disponibilidad: padrinos, familiares cercanos, amigos íntimos... en definitiva, todas aquellas personas que te gustaría que estuviesen presentes en tu boda.

Fuente:

Hola.com

24 de Febrero de 2009



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