martes, 9 de diciembre de 2008

Reglas de oro para sobrevivir al primer mes de convivencia



Por fin van a dar el gran paso, pero ¿están preparados? Vivir con otra persona requiere un período de adaptación que no todas las parejas superan. Te damos todas las claves para que tú sí lo consigas.
Alargar este paso demasiado o forzar al otro miembro de la pareja a hacerlo sin estar plenamente convencido, puede desembocar en desastre. Dando por hecho que es una decisión mutua y muy deseada, no está de más tomar ciertas precauciones para que todo salga bien.
El primer mes es crítico, son tantas las novedades respecto a la convivencia que en algunos momentos puedes tener ganas de tirar la toalla. Pero no pienses que te has equivocado, los noviazgos son la parte más cómoda de una relación.
Si antes, cuando peleaban, cada uno se iba a su casa, ahora tienen que dormir juntos. Si antes tenías la comida hecha y la ropa lavada en casa de tus padres, ahora te toca hacerlo.
Hablar, hablar y hablar
La clave para superar el tiempo de adaptación está en establecer desde el principio unas normas respecto a la casa, en pactar sobre el espacio y el tiempo que cada uno necesita para sí mismo, en motivarse cada día para mantener vivo el amor, y en hablar, hablar y hablar sobre todas las dificultades que vayan surgiendo.
Para que lo tengas más fácil, te hemos preparado una lista con los puntos conflictivos con los que toda pareja suele enfrentarse en la convivencia, y la mejor solución. Toma nota.
Período de ajuste
Los psicólogos y terapeutas de pareja llaman a este momento “período de ajuste”. Hay parejas que no pasan por él porque desde el principio se acoplan de forma natural, pero a otras les cuesta mucho compartir con otra persona un espacio que antes era sólo suyo.
Encontrarse la cocina sucia o la ropa del otro siempre tirada puede ser muy molesto para ciertas personas, por lo que los terapeutas recomiendan esforzarse en los hábitos de limpieza cuando se pretende vivir con otra persona.
En cuestiones de dinero...
Las cuentas siempre muy claras. Antes de irse a vivir juntos tienen que hablar sobré cómo van a gestionar la economía doméstica: si van a tener una cuenta conjunta o si ambos ingresarán una cantidad fija al mes para los gastos de la casa. Esto evitará que surjan roces si un miembro de la pareja aporta más que el otro o si piensa que se utiliza la cuenta de la casa para cosas inapropiadas.
Si uno de los miembros de la pareja no aporta ingresos, será mucho más importante que la economía se gestione con sentido común, aunque te aconsejamos que intentes conservar siempre que puedas tu independencia económica.
Reparto de tareas
Aunque te parezca mentira, éste es uno de los puntos que provoca mayores fricciones e incluso rupturas en una pareja. Nuestro consejo es que nunca te vayas a vivir con un hombre sin haber pactado antes el reparto de tareas.
No te conviertas en su madre
Éste es un error en el que caen muchas mujeres. De novias divertidas pasan a convertirse en madres aburridas. No le digas lo que tiene que comer, lo que tiene que ponerse o cómo debe comportarse, ya lo lleva oyendo toda su vida, lo que quiere es una pareja.
Respeta sus tiempos y espacios
El hecho que se vayan a vivir juntos significa que van a pasar muchísimo más tiempo juntos que antes. Por eso es muy importante que sepan respetar el espacio y la independencia del otro. Esta cuestión deben hablarla y llegar a pactos, puesto que no siempre un miembro de la pareja es tan independiente como el otro.
Si a él le gusta salir de vez en cuando con sus amigos, no le pongas problemas, siempre se volverá en tu contra. Sé inteligente y déjalo respirar, tendrá más ganas de estar contigo si sabe que puede disponer de su libertad cuando quiera. Y si eres tú quien necesita más espacio propio, no renuncies nunca a tu tiempo por él, siempre saldrás perjudicada.
Amigos siempre en casa...
Ahora que van a vivir juntos puede que aparezcan habitualmente en casa un montón de amigos dispuestos a ver el fútbol, hablar de fiestas, quedarse a dormir o a comer...
Por supuesto, ambos deben respetar que el otro invite a sus amigos a casa (no les pongas nunca malas caras ni discutas con él delante de sus amigos). Pero no consientas que se pasen la vida allí, y muchos menos que luego te toque a ti recoger y limpiar el desorden que hayan dejado.
Frecuencia sexual
Muchos hombres se quejan de que al irse a vivir con sus parejas la frecuencia sexual disminuye drásticamente. Y llevan razón, ellos siguen manteniendo su demanda biológica mientras nosotras nos acomodamos o nos volvemos perezosas.
¿Por qué? Normalmente una mujer se rige sexualmente por la sorpresa, el misterio, el juego de la seducción, la pasión, cosas que se pierden en gran medida al ver diariamente a la pareja. Por ello, debes esforzarte en practicar sexo de forma habitual, ya que mientras más lo hagas más predispuesta estarás.Terra Networks S.A


Fuente:

Terra

9 de Diciembre de 2008



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