Para que recuerdes el día de tu boda como uno de los mejores, porque estabas radiante de felicidad y por supuesto lucías el vestido perfecto que te tallaba como guante, tienes que dedicar mucho tiempo a la elección de esta prenda, que sin duda será el centro de atención. Recuerda que tu boda solo es una y no podrás cambiarla si algo de tu vestido no te convence. Toma en cuenta que debes verte serena, bella y feliz. Pero si tu vestido opaca todas estas sensaciones y no te hace sentir bien, tienes que pensar en solucionar este problema antes de que sea demasiado tarde.
Para no cometer errores lamentables tienes que guiarte por ciertas reglas básicas que te ayudarán a tomar la mejor decisión. Si tu vestido será confeccionado a tu gusto tienes más posibilidades de pedir detalles y que la hechura sea elaborada justo a tu medida; pero si lo comprarás hecho, lo mejor es que te pruebes varios diseños y visitar la mayor cantidad de tiendas posibles. No te dejes llevar por el primero que veas, lo mejor es que hagas la búsqueda en calma y que te tomes tu tiempo para hacer gira en los almacenes de novias.
A veces los aparadores son engañosos y es lógico que un vestido no se verá igual en un maniquí que en tu cuerpo, lo mejor es que te lo talles y que estés bien segura de adquirirlo. De ser posible convence a una amiga para que te acompañe y te dé una opinión sincera de cómo te quedan los vestidos que te pruebas, ya que muchas veces te puedes dejar deslumbrar por las telas, los acabados, el estilo, el color o la moda. Pero recuerda que la moda no fue creada para todas las personas. Así que lo mejor que puedes hacer es tomarte un tiempo considerable para buscar y encontrar el vestido perfecto.
Si estas planeando bajar de peso, también tienes que encargar tu vestido unos tres meses antes de la boda para que te quede bien y no tengas que hacerle ajustes a última hora. Procura mantenerte en el peso y la talla en el que encargaste tu vestido, de esta forma no tendrás que hacerle ajustes. Piensa en la ropa interior que llevarás y los accesorios.
Para no cometer errores lamentables tienes que guiarte por ciertas reglas básicas que te ayudarán a tomar la mejor decisión. Si tu vestido será confeccionado a tu gusto tienes más posibilidades de pedir detalles y que la hechura sea elaborada justo a tu medida; pero si lo comprarás hecho, lo mejor es que te pruebes varios diseños y visitar la mayor cantidad de tiendas posibles. No te dejes llevar por el primero que veas, lo mejor es que hagas la búsqueda en calma y que te tomes tu tiempo para hacer gira en los almacenes de novias.
A veces los aparadores son engañosos y es lógico que un vestido no se verá igual en un maniquí que en tu cuerpo, lo mejor es que te lo talles y que estés bien segura de adquirirlo. De ser posible convence a una amiga para que te acompañe y te dé una opinión sincera de cómo te quedan los vestidos que te pruebas, ya que muchas veces te puedes dejar deslumbrar por las telas, los acabados, el estilo, el color o la moda. Pero recuerda que la moda no fue creada para todas las personas. Así que lo mejor que puedes hacer es tomarte un tiempo considerable para buscar y encontrar el vestido perfecto.
Si estas planeando bajar de peso, también tienes que encargar tu vestido unos tres meses antes de la boda para que te quede bien y no tengas que hacerle ajustes a última hora. Procura mantenerte en el peso y la talla en el que encargaste tu vestido, de esta forma no tendrás que hacerle ajustes. Piensa en la ropa interior que llevarás y los accesorios.
Fuente:
La Prensa Gráfica
29/06/09
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